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viernes, 30 de mayo de 2014

EL CARISMA DEL LÍDER: UNA CUALIDAD NECESARIA PERO NO SUFICIENTE

Ayer, durante una reunión con un grupo de amigos con los que comparto una afición común (el equipo de fútbol de nuestros hijos) surgió un interesante debate sobre qué cualidades debe tener un líder.

El debate, que nos ocupó durante casi dos horas y que sospecho tendrá nuevas sesiones, surgió, cómo no, de la comparación de los estilos de liderazgo de diferentes entrenadores de éxito. Dado que en este grupo somos seguidores de distintos clubes, ya os podéis imaginar que el contraste de pareceres fue tan intenso como algunas finales de Liga, de Copa del Rey o de Champions League...

Mientras regresaba a casa comencé a preparar mentalmente el esquema de esta entrada que estáis leyendo: qué cualidades debe tener un líder de éxito y si el carisma, por sí solo, es garantía de liderazgo.

Así pues, estas reflexiones están especialmente dedicadas a Nacho, Humberto, Fran y Antón.


¿QUÉ ES UN LÍDER?

No pretendo en este artículo desarrollar nuevas teorías, sino centrarme en ciertos aspectos o cualidades del liderazgo que, bajo mi punto de vista, son imprescindibles. 

Partamos de la definición de la Real Academia Española:

líder.
(Del ingl. leader, guía).
1. com. Persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora.

                                             Real Academia Española © Todos los derechos reservados


Es esta primera acepción de la palabra la que nos interesa para la reflexión y en la que me apoyaré para desarrollar las reflexiones siguientes.

¿ ES NECESARIO QUE EL LÍDER POSEA CARISMA?

Si aceptamos que un líder hace que un grupo de personas lo siga, la primera característica personal imprescindible es el carisma:

carisma.
(Del lat. charisma, y este del gr. χάρισμαde χαρίζεσθαι, agradar, hacer favores).

1. m. Especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar.
2. m. Rel. Don gratuito que Dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados
De la propia definición se desprende que el carisma permite atraer o fascinar a las personas, lo cual es la clave para que haya seguidores: si no existe carisma, puede haber personas a las órdenes de un jefe (como ocurre en muchas organizaciones) pero no habrá seguidores. 
Precisamente, este es el problema de gran parte de los equipos humanos: hay jefes con autoridad jerárquica y personas que han de obedecerlos, pero escasean los líderes carismáticos que atraigan seguidores.

PERO NO TODAS LAS PERSONAS CARISMÁTICAS SON LÍDERES BUENOS 

Efectivamente, para que - de acuerdo con los principios comúnmente aceptados - un líder carismático pueda ser, además, considerado bueno, necesita que su actuación y la guía de sus seguidores conduzca a objetivos éticos.

Desgraciadamente, la historia nos ha dejado múltiples casos de personas  con enorme carisma, capaces de arrastrar a sus seguidores a auténticas atrocidades y que todos recordamos ¿verdad?


Por tanto, el carisma debe estar orientado a atraer personas hacia objetivos comunes que sean justos para el conjunto de la organización para la que trabajan, para la sociedad y para la naturaleza.


CARISMA Y CREDIBILIDAD

Hace más de una década, cuando comencé a profundizar más en los conceptos de liderazgo situacional y coaching con Martha Williams, pude confirmar que otra de las características básicas que un líder debe tener es la credibilidad:

credibilidad.
(Del lat. credibĭlis, creíble).

1. f. Cualidad de creíble.
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creíble.
(Del lat. credibĭlis).

1. adj. Que puede o merece ser creído.
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Y esta credibilidad debe estar fundada sobre varios pilares:

  • Ética
  • Capacidad técnica (conocimientos)
  • Capacidad de relación interpersonal
  • Valor
  • Serenidad
  • Convicción


YO PREFIERO A LOS LÍDERES CARISMÁTICOS Y CREÍBLES

Esta es la tesis que yo sostenía en el debate de ayer y que ha dado lugar a estas líneas: no se puede ser un líder ejemplar sin carisma y credibilidad.

Sin credibilidad no se puede ser nada, pero con credibilidad y sin carisma solamente se puede aspirar al respeto de la gente, lo cual es básico para un directivo o gestor, pero no garantiza el liderazgo.


Lo que no es menos cierto es que, en ocasiones, la percepción que las personas tienen del carisma es muy subjetiva y provoca discrepancias a la hora de su valoración; por ejemplo, parece ser que hay algunos que ven en Carlo M. Ancelotti (actual entrenador del Real Madrid) un personaje carismático y, en cambio, otros entienden que hay entrenadores con mucho más carisma, entre los que se incluirían Jose Morurinho, Diego P. Simeone, Unai Emery o Pep Guardiola, entre otros.


El debate de ayer se cerró sin acuerdo unánime, lo cual es una muestra adicional de la diversidad de nuestra sociedad, que adecuadamente encauzada, permite progresar y mejorar. 



PARA TERMINAR: OTROS EJEMPLOS DE LIDERAZGO

Ya estoy preparando la próxima entrada del blog, que hablará sobre algunos líderes conocidos por todos y cómo podrían haber sido valorados de no conocer sus nombres, sino solamente algunas de sus características...

sábado, 24 de mayo de 2014

EL ESFUERZO NO SE NEGOCIA: LA CONTRIBUCIÓN DEL INDIVIDUO A SU EQUIPO COMO CLAVE DE ÉXITO

Hace una semana, apenas unas horas antes del partido decisivo que iba a decidir quién sería campeón de la #Liga BBVA, hablábamos de cómo un líder como @Simeone había sido capaz de transformar por completo a un equipo y convertirlo en un candidato a ganar cualquier título que disputase.

Además, manifestábamos como, independientemente del resultado final de aquel partido, Diego Pablo Simeone pasaría a la historia por los logros conseguidos con el Atlético de Madrid desde su llegada al banquillo en 2011.

El pasado sábado, como todos sabéis, el ATM se proclamó Campeón de la Liga - transcurridos 18 años desde el famoso doblete de la temporada 1995-1996- venciendo en el Nou Camp al Barcelona.

Pero lo importante de esa victoria, a los efectos de este blog, no es el hecho en sí, sino las nuevas lecciones de gestión y dirección de equipos que el Cholo nos brindó también en las horas posteriores al triunfo; lecciones que son plenamente aplicables al trabajo en empresas y organizaciones no deportivas.

 Entre otras, quiero destacar las siguientes:


  • Lo importante es el equipo y no las individualidades, independientemente de su trayectoria en el pasado. Esto quedó en evidencia, por ejemplo, con Adrián, al que hizo saltar al campo en uno de los primeros cambios y al que retiró posteriormente porque no estaba siendo capaz de jugar adecuadamente. Asimismo, quedó de manifiesto cuando - en la rueda de prensa posterior al partido - compareció con todo su equipo técnico: ¡qué gran lección de reconocimiento y motivación!
  • Partido a partido: el rendimiento en el pasado no es garantía de éxito en el futuro y cada partido debe ser jugado como si se partiese de cero. Las empresas excelentes son aquellas que son capaces de jugar cada ejercicio como si se jugasen el descenso o el campeonato y no, por el contrario, aquellas otras que dan por hecho que sus éxitos del pasado (el número de títulos...) , o la madurez del sector en el que operan, son garantía de éxito en el futuro; si hablamos de personas, el razonamiento es el mismo: aquellos profesionales que no son capaces de mejorar y adaptarse a las nuevas estrategias y circunstancias, que se contentan con recordar sus éxitos del pasado a pesar de su mal rendimiento en el presente, se convierten en un lastre que perjudica al resto del equipo.
  • Es fundamental tener una visión y trabajar de manera organizada para hacerla realidad. La frase que mejor resume esta idea la pronunció el propio Cholo en la Plaza de Neptuno (Madrid), durante la celebración del título conseguido, en una intervención genial, que me permití tuitear al instante: "Si se cree y se trabaja, se puede"



  • El trabajo en equipo es la clave: si un jugador no es capaz de entender esto, se va fuera del grupo. Nuevamente, el Cholo nos dejó una fantástica frase que fue tuiteada (reconozco que se me adelantó...) por Andy Stalman, un genio del branding: "El trabajo no se negocia"


Podríamos comentar más conceptos clave de la filosofía Simeone, pero hoy quiero centrarme en estas cuatro ideas, ya que son elementos básicos para un correcto desarrollo de cualquier organización empresarial.

En el fondo, estamos hablando de ACTITUD y SENTIMIENTO DE UNIDAD, imprescindibles para conseguir resultados de manera sostenible y recurrente en la empresa, junto con ESTRATEGIA y TÁCTICA, imprescindibles, asimismo, para el triunfo:



  • La actitud es un elemento clave del talento personal, ya que multiplica al binomio (conocimiento+valores). Esto significa que empleados o jugadores con formación, experiencia o técnica mejorables son capaces de obtener resultados aceptables para su equipo siempre que tengan valores y actitud; por el contrario, gente con mucha técnica o experiencia, pero sin valores o actitud se convierten en elementos tóxicos para el grupo.
  • El sentimiento de unidad es el que permite alinear los objetivos individuales o departamentales con los del conjunto del equipo, subordinando intereses particulares al éxito del conjunto.
Grandes lecciones de gestión, pues, las que nos sigue dando Diego Pablo @Simeone. Si esta noche llega a hacer Campeón de la Champions League al ATM, la validez de su mensaje y de su propuesta quedará refrendada una vez más.

De lo que si podemos estar seguros es de que - siguiendo su filosofía - el ATM se dejará la piel en el campo y pondrá en juego actitud y visión.

Un ejemplo para todos los profesionales, empresarios y accionistas.


sábado, 17 de mayo de 2014

LIDERAZGO Y TRABAJO EN EQUIPO: SIMEONE Y EL ATLÉTICO DE MADRID

Cuando escribo estas líneas aún faltan más de dos horas y media para que de comienzo el partido de la Liga BBVA que decidirá quién es el campeón de la temporada 2013-2014; los que me conocéis sabéis que mi corazón es Atlético, como el del protagonista del genial spot de Coca Cola... http://youtu.be/ZF3MVqTxAKc

Pero esta entrada no pretende hablar de quién ganará este campeonato, sino de cómo un equipo de jugadores ha sido capaz de seguir a un líder apasionado - el Cholo- para conseguir los objetivos comunes merced a la estrategia por él diseñada tras su llegada al banquillo del ATM hace dos años y medio.

Ayer hablaba a mis alumnos del MBA Ejecutivo del IUDE (http://iude.uniovi.es/) de algunos de los retos de la Dirección de Empresas que más me han preocupado a lo largo de mis 25 años de carrera profesional y, cómo no, entre ellos destacaba la Gestión de Personas.

Les exponía algunas de las características fundamentales que a mi juicio, deben tener las personas que integren los equipos ganadores: pasión, compromiso, tenacidad, capacidad de esfuerzo, objetivos comunes, audacia, creatividad, talento ...

Pero, además de estas características, les insistía en que es imprescindible disponer de LIDERAZGO en todos los niveles organizativos - empezando, lógicamente, por el más alto ejecutivo - y ejemplificaba esta característica con una foto de Diego Pablo SIMEONE.

Reconocí públicamente mi admiración por el Cholo como ejemplo de cómo un buen líder puede hacer que un equipo de personas, que navegaba en la Liga española sin rumbo y camino del desastre en el otoño de 2011, se convierta en un equipo apasionado, tenaz, con objetivos comunes y capaz de batallar y ganar a equipos con mucho más presupuesto.

En el mundo empresarial hacen falta ejecutivos, en todos los niveles, capaces de conducir a sus equipos a un estado de fluidez, pasión y sentimiento de grupo que les permita incrementar radicalmente su rendimiento y resultados.

Hoy no quiero extenderme más, pero en posteriores entradas hablaremos de otros ejemplos de liderazgo deportivo dignos de mención  y de cómo, además de entrenadores con carácter, hacen falta jugadores, directivos y aficiones de club capaces de dar continuidad y coherencia a los proyectos de cambio...

Independientemente de quién gane esta Liga y de quién gane la Champions el próximo sábado, SIMEONE ha pasado ya a la historia, no solamente del Atleti y del fútbol mundial, sino del liderazgo en la gestión del cambio organizacional.

¡Aúpa Atleti!