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miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Cuántas personas en su lecho de muerte desearían haber pasado más tiempo en su trabajo?

Así comienza el capítulo 1 de una de las obras del conocido autor Stephen R. Covey, fallecido el pasado año 2012.

Si bien ignoro qué habría respondido él mismo a esta pregunta, quiero aprovechar que hoy es 1 de mayo y, por tanto, celebramos el Día Internacional del Trabajo, para compartir con los lectores de este blog algunas de mis inquietudes a este respecto.

¿Qué responderíais vosotros a esta pregunta?

Pero, antes de contestar, vamos a ampliar el ámbito de la discusión y sustituyamos, en la pregunta, las palabras en su trabajo, sucesivamente, por las siguientes:


  • Con su familia
  • Con sus amigos
  • Dedicado a sus aficiones
¿Qué responderíamos en estos casos? ¿Verdad que todos pensamos que el sentido de la respuesta seria muy diferente?

¿De verdad pensamos que la respuesta, a la pregunta formulada por Covey, es que muy pocas personas desearían haber pasado más tiempo en su trabajo? Si esto es así, porque lo cierto es que se trata de un sentimiento generalizado, se debe a que las personas no son felices con su trabajo.

La clave es la satisfacción que nos proporciona la actividad

En realidad, la clave para llegar a nuestra propia respuesta estriba en la satisfacción que nos proporciona el tiempo que dedicamos a cada una de las actividades de nuestras parcelas vitales.
No se puede  aceptar como hecho probado que el trabajo – evidentemente, hablamos en términos generales y dando por hecho que se trata de desempeñar puestos de trabajo con las adecuadas condiciones socios laborales – tenga que ser, necesariamente, un aspecto insatisfactorio de nuestra vida, de la misma manera que tampoco se puede decir que el resto de parcelas sean siempre satisfactorias.

Así como somos felices, y nos desarrollamos como individuos y miembros de la comunidad, cuando tenemos salud, amigos, familia, aficiones – y están cubiertos nuestros requisitos vitales básicos, por supuesto – que satisfacen nuestras necesidades y expectativas, solamente seremos felices con nuestro trabajo si somos capaces de encontrar el proyecto profesional que nos satisfaga y que se complemente perfectamente con el resto de nuestras parcelas vitales, logrando una armonía vital duradera.

Proyecto satisfactorio

Un proyecto profesional satisfactorio es uno de los pilares del modelo en el que estoy trabajando, modelo que tratará de componer qué elementos son precisos para que una organización pueda ser atractiva  y conseguir resultados.

De momento, sólo os adelanto que en su acrónimo habrá más letras P

La pregunta final…

¿Y si el trabajo hubiese sido apasionante, emocionante, motivador? 

¿Y si hubiese sido el complemento ideal al resto de parcelas vitales?

¿Cambiaría el sentido de la pregunta con la iniciábamos esta entrada de hoy?

Yo estoy seguro de que sí: ¿y vosotros?